Versión en video: http://youtu.be/e36sODsCt6g
– Coge la escopeta, José; coge la escopeta y vete de caza -dijo una mujer a su hijo-. Mañana se casa tu hermana y quiere comer polenta y liebre.
José cogió la escopeta y se fue de caza.
Enseguida vio una liebre.
El animal saltó desde una cerca y se puso a correr por el campo.
José levantó la escopeta, apuntó por la mira y apretó el gatillo. Pero la escopeta dijo ¡pum! Con voz humana y, en vez de disparar la bala, la tiró al suelo.
José la recogió y la miró sorprendido. Luego observó atentamente la escopeta y parecía la misma de siempre. José examinó incluso el cañón por dentro, pero ¿cómo era posible que hubiera alguien escondido en su interior?
– Y mi madre que quiere una liebre.
Y mi hermana que quiere comérsela con polenta . . .
En ese momento la liebre de antes volvió a pasar por delante de José, pero esta vez llevaba un velo blanco en la cabeza, y flores de azahar sobre el velo, y miraba hacia el suelo, y caminaba a pasitos chiquititos.
. Huy -dijo José-, la liebre también se va a casar. En fin, cazaré un faisán.
Y, efectivamente, un poco más allá vio un faisán que paseaba por el sendero.
José apuntó por la mira, apretó el gatillo y la escopeta hizo ¡pum!
Dijo ¡pam! ¡pam!, dos veces, como habría hecho un niño con su escopeta de madera.
El cartucho cayó al suelo.
– Pero, bueno -dijo José, empezando a enfadarse-, mi madre estará enfadada si vuelvo con el morral vacío.
El faisán volvió al sendero, y esta vez lo seguían sus crías, en fila y con muchas ganas de reír, y detrás caminaba la madre contenta.
– Ah, ¡qué contenta se te ve! -dijo José-. Tú llevas casada ya tiempo. Y ahora ¿a qué animal le disparo yo?
Cargó la escopeta con cuidado y miró a su alrededor. Solo había un mirlo en una rama y piaba como diciendo: “No me dispares, no me dispares”.
Pero José le disparó. Y la escopeta dijo ¡bang!, y añadió un ruidito que parecía una risita.
El mirlo pió más alegremente que antes, como si quisiera decir: “Un disparo, ¿has oído? ¡Menuda barba de chivo!”.
– Me lo esperaba – dijo José-. Se ve que hoy hay huelga de escopetas.
– ¿Te ha ido bien la caza, José? -le preguntó la madre a su regreso.
– Sí, mamá. He pillado tres rabietas bien gordas. Quien sabe si estarán buenas con la polenta.
Polenta es un alimento cocinado como una crema con harina.
El cañón en una escopeta es el tubo por donde sale el proyectil
Texto de Gianni Rodari.
Ilustraciones de Federico Delicado.
Ediciones SM. (Madrid) 2009
Reflexiones:
¿Qué os ha parecido?
¿Cómo os habéis sentido?
¿Habéis tenido miedo en algún momento?
¿Os habéis sentido felices en algún momento del cuento?
¿Crees que José es buen hijo?
¿Y la señora es buena madre?
¿Y la escopeta es buena?
¿Qué habrán comido en la boda de la hermana de José?
¿Qué te parece si todas las escopetas hacen huelga?
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